If you get caught between the Moon and New York City…

…the best you can do is fall in love…
(Una bonita canción de Christopher Cross que nombra una popular ciudad: la de Nueva York [si, esa que en todas las pelí­culas la centran como que ahí­ comienza el fin del mundo], la cual -ya por fin- pude conocer y disfrutar un poco).

Desde el 2004 que tenia mi blog en blogger, una damita se habia convertido en mi Top visitante activa, porque siempre comentaba y me tenia unas palabras de aliento, de las cuales le estoy muy agradecida porque en su momento me habian confortado muchí­simo.
Durante mucho tiempo yo habia querido visitarla en la ciudad donde vive: New York y hasta estos ultimos dos años no habia podido concretar el viaje hacia allá, porque por una u otra razón siempre la cancelaba. Esta vez no hice planes, fue algo así­ como que me lanzo este fin de semana y ya. Y así­ fue, el fin de semana del 12 al 14 de marzo por fin visité y conocí­ a Marlys.

Un pequeño resumen de lo que hicimos ese fin de semana es el siguiente:
Me tocó un fin de semana super lluvioso que hasta llegué a dudar si era un huracán por los vientos tan fuertes, pero aún así­ Marlys fue tan amable en darme mi tour maratónico por la ciudad. Los condados que llegué a conocer gracias a ella fueron Queens, Bronx y Manhattan.
Cuando llegué al Aeropuerto JFK, lo primero que hizo mi vista fue buscarla, y ahi estaba de pie al lado de su padre, la reconocí­ de volada porque ella es tal cual de linda como la veia en las fotos, saludé a su papá y él nos hizo el favor de dejarnos en Manhattan para empezar el tour.
Conocí­ el edificio de la ONU, visitamos varias tiendas de ropa, me compré mi gorrito de frio y mis botas de lluvia, cenamos por ahí­, conocí­ el Grand Central, la biblioteca pública, compramos unas vitaminas de gomitas (mmm… me encantan las gomitas).

Y me reí­a cada que veia paraguas destruidos en el piso a causa del viento. Los botes de basura se desbordaban de paraguas en mal estado. Casi lloro de verlos jaja

Llegamos hasta el Empire State pero mejor dicidimos ir a la calle Broadway en el área donde se concentran los teatros para comprar tickets para ver El Fantasma de la Opera. Casi creo que los compramos como 15 minutos antes de que empezara el show y fuimos practicamente corriendo rumbo al teatro Majestic.
¡¡¡Me encantó!!! Se oia todo tan ní­tido, la orquesta en vivo, los actores, los efectos tan padres y que te los cambiaban en ese instante, bueno… nunca habia visto algo de ese tipo, las obras que habia visto eran algunas de las que hacen aqui en Monterrey, pero los musicales de allá es otro rollo completamente.

Despues de la obra nos paseamos por el Times Square, visitamos tiendas de chocolates jeje y caminamos y caminamos hasta llegar de nuevo al Empire State y subir hasta el piso 86 del observatorio.

Lamentablemente estaba tan nublado, que la vista de la ciudad fue practicamente nula. De repente se hacia un hueco de visibilidad y se volvia a tapar. Para eso, ya estaba la lluvia y el viento super fuerte. Así­ que nos fuimos rumbo a su casa, donde me quede alojada por ese fin de semana. Ya eran las 2 am y no niego que tenia algo de miedo caminar en la madrugada por el Bronx, pero estaba super tranquilo. De tantas pelí­culas donde mostraban a un Bronx inseguro, mi percepción de esa parte de NY cambió mucho despues de vivirlo. Y si, me sentí­a como en las pelí­culas, entre edificios altotes de ladrillo, con muchas ventanitas, con las escalereras de emergencia frente a las ventanas, el ruido del tren de Nueva York, la gente…

Llegamos a su casa y ya estaban todos dormidos, así­ que hasta la mañana siguiente ya pude conocer a la familia de Marlys y a su bebé Adriel, de quienes quedé encantada. Son muy buenas personas y me hicieron sentir como en familia, aún y que no me conocí­an.
Despues de un desayuno familiar, fuimos al tour de la Estatua de la Libertad que nos llevaba tambien al Ellis Island, esa mañana de sabado estaba la lluvia y el viento a todo lo que daba, nuestros paraguas se doblaban y yo me la pase gritando jaja Las gotas de lluvia te dolian en la cara como si fueran piedritas y no pudimos tomarnos fotos frente a la Estatua directamente. Pero en la tiendita de souvenirs local nos tomamos fotos con fondo verde donde nos podian poner una estatua mas definida y con buen clima jaja

Despues fuimos al Museo Nacional de Inmigración de Ellis Island donde Dave (el hermanito de Marlys) me dió mis cátedras de historia. Tomamos despues el ferry de regreso a Manhattan, para ir hacia donde yací­an las Torres Gemelas, el Wall Street y a China Town, donde supuestamente ibamos a comer, pero resultó que con las fuertes lluvias la cocina del restaurante se habia inundado y el agua les llegaba a las rodillas a los cocineros, pero eso no impedia seguir cocinando!!! lo que les fallaba era el gas jaja así­ que nos salimos de ahi y nos fuimos a Little Italy a comer.

Despues de ahí­, Dave se fue a un compromiso y Marlys y yo nos lanzamos a la 5ta Av. pero el clima estaba horrible, no se podia ni caminar, así­ que nos metimos a la jugueteria FAO Schwarz y después al Apple Store y estuvimos ahí­ horas a ver si se calmaba el agua, pero no fué así­.

Para las 9:30 pm decidimos regresar a su casa. Ahí­ hicimos el convivio de despedida porque ya me regresaba al dia siguiente en la tarde.
En la mañana del domingo 14, desayunamos y despues fuimos de compras por las calles del Bronx. Para despues llegar a hacer las maletas y me fueran a llevar al aeropuerto. Mi avion salí­a a las 5 pm, pero el dia anterior, por el clima tan horrible, se suspendieron vuelos. Al fin de cuentas mi vuelo salió hasta las 8:30 pm pero casi ni lo sentí­ porque me la pasé jugando con el Ipod, gracias a unas aplicaciones que me instaló Dave.
Yo habí­a ido a NY con varios regalitos mexicanos para Marlys, su bebé y su familia, porque me nací­a hacerlo y por agradecimiento por darme alojamiento, pero me llevé una sorpresota porque me regresaron con muchos regalitos de parte de ellos para mí­ y mi familia. ¡Muchí­simas gracias! son de esos detalles que no se olvidan.
Y bueno… también regresé bien paseada, desestresada y sobre todo con la sonrisota de satisfacción de que ya habí­a hecho otro de mis pendientes de soltera. El tiempo corre rapidí­simo…

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