La jardinera y yo

Una dí­a, como taaantos aquellos dí­as de enero, recién llegada a Poza Rica, fuimos a comprar el mandado a Sams (Goooooool jeje).
Siempre me gusta darme una vuelta por los muebles de jardin; no sé, tengo esa idea de querer estar siempre al aire libre. Me gustó mucho, en ese momento, un juego de mesitas y le comenté a mi esposito que me agradaban para cuando podamos arreglar el patio trasero y el jardin del frente.

Pasaron semanas y en marzo ví­ una mesa jardinera cuadrada que me fascinó, con los mismos detalles de las mesitas que habí­a visto antes, sólo que esta jardinera vení­a con dos mecedoras.
¡Ohh sí­! ya me veí­a en el jardincito del frente sentada, meciéndome y viendo a la gente pasar (ya nadamás me faltarí­a la caguama jajaja, digo… esta alucinación la habí­a visto antes en otras personas je…).
Bueno, pues el chiste es que no podí­amos comprarla en ese momento, ni en el siguiente momento, ni en el siguiente jajaja; así­ estuve como tres meses, viendo cada semana la jardinera e imaginándome sentada, meciéndome y viendo a…. bla bla bla… y la caguama jaja nah…

Una vez estuvimos a punto de traerla a casa, sin embargo, no estaban en promoción los muebles de jardin, buh… y ni modo, ya me habí­a resignado.

Hasta este lunes pasado, como de milagro, vimos una promoción por casi toda la tienda, me acerqué a los muebles de jardí­n y vi a lo lejos del pasillo el letrero de la promoción sobre la jardinera. ¡Yupyyy! Me fui brincando y gritando por el pasillo hasta llegar frente a ella, le hice ojitos a mi esposito para que nos la pudiéramos llevar y taraaan, la trajimos a casa, la armamos y ya está en el jardin del frente.

Esa misma tarde, me la pasé en la jardinera sentada, meciéndome y viendo a la gente pasar; no con una caguama, sino con una cervecita pequeña jeje y con mi esposito en la otra mecedora con su bebida favorita, una paloma.
Pero luego llegó Arlene y se la tuve que prestar… buh… esta tormenta ya le dió su estrenada a mi mesita y mis mecedoras.

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